Google Earth se sitúa por defecto a una altura de 22 252 kilómetros sobre el planeta. Es la expresión definitiva de lo que los cartógrafos llaman el punto de vista de Dios: el deseo de una objetividad visual absoluta, en los mapas. Pero Google Earth es más que eso. Allí, nosotros somos Dios. Vemos por encima, por debajo, dentro y afuera. Vemos en el más allá. Nos vemos a nosotros mismos.

«Queremos crear un espejo digital del mundo.»
Karin Tuxen-Bettman, geoestratega de comunicación de Google Earth, a bordo de un barco de Google que mapeaba el Amazonas en 2011.
Cuando abres Google Earth, si sitúa por defecto a una altura de 22 252 kilómetros sobre el planeta. La sensación es de placidez, en parte por el ligero brillo de la panorámica espacial y en parte porque tienes la impresión de no estar atado a nada. Las límpidas imágenes, aportadas por la NASA, muestran el mundo con un detalle fotorrealista. Es la máxima expresión de lo que los cartógrafos llaman el punto de vista de Dios...


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