Algunas personas lo llaman el lugar más feliz en la tierra, otros dicen que es un lugar peligroso, que ha sido la ciudad del pecado, pero ¿sabes qué? No me importa... Tijuana makes me happy 
Nortec Collective

 

Tijuana está muy lejos del centro del país. Aquí no hay ruinas mayas, ni aztecas, ni mixtecas; es tierra de misiones jesuitas. Acá se mopea y se parquea, «hello baby, me voy al work y luego me retacho, see you en la noche», y no pasa más de una semana sin que los tijuanenses crucemos al otro lado del muro a cambiar nuestros pesos por dólares. Tijuana es otro México. No es un águila encima de un nopal, ni tampoco una estrella más entre las barras: es la frontera.

 

La línea es sólo una valla metálica que recorre y rebasa la longitud del aeropuerto de la ciudad, llena de cruces blancas; un recorrido convertido en manifestación por aquellos que se fueron y no regresaron más. «De este lado también hay sueños», se lee sobre...


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